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TOMAMOS UN CAFÉ?

TOMAMOS UN CAFÉ?

Taza de cafe Mejor

¿Cuántas veces hemos propuesto o hemos recibido una propuesta de tomarnos un café? Sin duda, un sinnúmero y seguramente muchas han quedado registradas en nuestra memoria pues han sido momentos inolvidables. Este irremplazable momento ha estado y sigue estando íntimamente ligado a una experiencia de emociones y sentidos que no pueden separarse, así como no puede hacerlo el lugar en donde se produjeron. En una mesa de cafetería o café como se denomina en algunos países se han iniciado relaciones y también se han terminado, se han cerrado tratos, leído libros y prensa, escrito canciones, poemas, discutido de política y reforzado amistades entre otras experiencias, siempre acompañadas con el aroma de un buen café en un ambiente que nos envuelve y realza la experiencia. Ese aromático y humeante pocillo, la compañía y el lugar forman parte de la fórmula perfecta de un momento.

Hoy, sin embargo, debido a las restricciones sanitarias, nos vemos privados al menos de uno de los componentes de la fórmula, la cafetería. Si bien es cierto que poco a poco se van levantando las limitaciones, no es menos cierto que los protocolos establecidos no permiten ese ambiente que tenían y que enaltecían el momento creando esa música sin sonido que acompañaba la ocasión. Con más teletrabajo, menos posibilidades de compartir con un colega una caminata hasta la cafetería más próxima y degustar un buen café en alguno de los descansos de la diaria rutina o encontrarse con alguien al terminar la tarde o tan solo sentarse a leer el libro preferido. Las cafeterías tienen su historia y vamos a visitarla.

Siendo el café originario de Abisinia, hoy Etiopía y bajo el control de Yemen los árabes lo embarcaban en el puerto de Moca y de allí a La Meca en donde abrieron los primeros locales llamados “Kaveh kanes”. Aquí comienza a insertarse el café como bebida social y la cafetería como punto de encuentro en donde se jugaba ajedrez, se hacían negocios, incluyendo baile, canto, así como actividad política. De allí, comenzó a extenderse dentro del mundo musulmán, Persia (Iran), Egipto, Africa septentrional hasta llegar a Turquía siendo que, en 1475, “Kiva Han” se registra como la primera cafetería de Constantinopla, hoy Estambul. Los locales de la época eran muy confortables, contando con sofás y juegos como ajedrez y backgammon para entretenimiento de los asistentes. Un tiempo después, en esta ciudad, el hábito se convirtió en algo peligroso y mal visto pues era nocturno y la infusión alteraba los espíritus de quienes la bebían. Es recién con el Papa Clemente VIII (1536–1605) quien luego de probar el café permitió que el mundo cristiano lo bebiese sin culpa ni proscripción.

Es entonces que, durante el Imperio Otomano (1299-1923) las cafeterías se expanden por Europa si bien fueron los holandeses los principales proveedores del grano luego de intentar cultivarlo en sus tierras y ante el fracaso, lo llevaron a sus colonias en Malabar (India) y Java, hoy Indonesia donde lo cultivaron y se dedicaron al comercio del mismo con gran éxito.

En Inglaterra, precisamente en Balliol College de Oxford se abre la primera cafetería en 1635 y es donde comienza a asociarse a un centro de debates y pensamiento. Las cafeterías eran consideradas lugares de productiva conversación social o de negocios asi como de chimentos pueblerinos. Cruzando el Canal de La Mancha, en el 13 de Rue de L’Ancienne Comedie, se inaugura en 1652 la primera y más famosa cafetería de Paris, “Café Procope” la que tuvo como clientes a Voltaire (1694-1778), Jean Rousseau (1712-1790), Denis Diderot (1713-1784), Benjamín Franklin (1706-1790) entre otros intelectuales y filósofos. Volviendo a Inglaterra, es en Londres cuando en 1688 Edward Lloyd (1648-1713) abre una cafetería en donde se juntaban los aseguradores de buques que navegaban los mares. Así es como nace la más famosa aseguradora, bebiendo café.

Los italianos no podían faltar a la fiesta, Florencio Francescani (?-1773) abrió su café “Alla Venezia Trionfante” en 1720 que luego cambio de nombre a “Café Florian”.Con ubicación de privilegio en las arcadas de la plaza San Marco en Venecia, fue el primer café que permitió la entrada a mujeres y aun hoy 300 años después, sigue operando habiendo tenido como clientes, entre otros a Lord Byron (1788-1824), Jean Rousseau (1712-1790), e Igor Stravinski (1882-1971).

Siguiendo con Europa, en Viena, el “Café Central” se inaugura en 1786.situado en la planta baja del Palais Fertsel, antiguo edificio del Banco y de la Bolsa, ha sido lugar de reunión de intelectuales y filósofos quienes junto a Ludwig Wittgenstein (1889-1951) desarrollaron el programa filosófico que domino gran parte del pensamiento occidental del siglo XX. Uno de sus famosos clientes fue León Trotsky (1879-1949) quien concurría con asiduidad durante su exilio en esa ciudad.

En Madrid, sobre finales del siglo XVIII, en el 4 de la Calle Carretas abrió el ‘Café Pombo” el lugar del “café, copa y puro” y de la tradicional “tertulia” a quien Ramón Gómez de la Serna (1888-1963) bautizara como “Sagrada Cripta de Escritores” siendo plasmada en una pintura, “La Tertulia” por José Gutiérrez Solana (1886-1945) la que puede disfrutarse en Museo de Reina Sofia. Otros famosos de la península son, “Café Zurich” (1862) en Barcelona, “Café Iruña” (1888) en Pamplona y el emblemático “Café Gijon” (1888) que tuvo como clientes a Federico García Lorca (1898-1936) Benito Pérez Galdós (1843-1920), Ramón Valle Inclán (1866-1936) escritores y poetas que junto a filósofos y músicos enriquecieron el local del 21 del Paseo de Recoletos.

Gracias a Gabriel Mathiew (1636-1724) oficial de la marina francesa es que el árbol de cafeto viaja de Paris a Martinica en el Caribe y de allí se esparce por América. Es en Boston, en el café “The Green Dragon”, ubicado en Union Street que fuese comprado en 1766 por un grupo de masones donde en 1773 se organizó el Tea Party que culminó con el famoso cargamento de té arrojado al mar, siendo la chispa detonante de la revolución e independencia de los Estados Unidos. A este lugar asistían Sam Adams (1722-1803) Joseph Warren (1741-1775), Paul Revere (1735-1818) George Washington (1732-1799) Thomas Jefferson (1743-1826) y otros fundadores de esa nación.

Si bien hay poca información, se sabe que en Brasil las “casas de café” no solo vendían la infusión sino también licores y para entretenimiento, había billares. En Rio de Janeiro en 1820 abrió “Café de Estevam” frecuentado por la clase pudiente como médicos, abogados, hombres de letras y de teatro. En Sao Paulo recién en 1850 abre “Café de Maria Punga” muy frecuentado por estudiantes de derecho cuya universidad quedaba enfrente. Es en 1876 cuando se inaugura “Café Europa” el primero de los establecimientos lujosos de la ciudad, luego seguido por otros.

En Buenos Aires, también hay emblemáticos como “El Federal” (1864), “Las Violetas” (1884) y “Los Angelitos” (1912) que aun funcionan. A este último era asiduo Carlos Gardel (1890-1935) y sus amigos tangueros. Por último, el que fuese fundado en 1850 con el nombre de “La Viridita” que luego cambiase a “Aerobar” y finalmente en 1950 rebautizado como “La Biela”, lugar turístico por excelencia conto con clientes como Juan Manuel Fangio (1911-1995), Adolfo Bioy Casares (1914-1999) y Jorge Luis Borges (1899-1986) entre otros.

Comenzando los 70’s, en Seattle, Jerry Baldwin (1942), Zev Siegl (1942) y Gordon Bowker (1943) abren con el nombre de Starbucks una cafetería muy inspiradora en la ciudad, Sus cafeteras eran de goteo y en poco tiempo establecen dos más teniendo éxito entre un público joven, consumidor de café. A principios de 1980, Howard Shultz (1953), un joven de origen muy humilde, nacido en Brooklyn, graduado en la Universidad de Michigan y con un muy buen puesto en una empresa de artículos del hogar, visita uno de los cafés llamándole la atención el ambiente y el sistema de colado que tenía. Conoce a sus propietarios y se emociona con la pasión por el negocio que estos tenían por lo que les propone trabajar con ellos, y lo logra.

En un viaje a Milán tuvo una revelación al visitar varias cafeterías, ver sus máquinas expreso y observar que los propietarios conocían a los clientes por sus nombres, manteniendo una relación estrecha casi familiar mientras bebían sus cappuccinos y lattes. De regreso a Seattle les propuso a los dueños crear esa misma experiencia para los amantes del café a lo que estos se negaron provocando su salida de la empresa. Esto llevó a Shultz a poner en marcha “Il Giornalle”, su propio café, en donde concentró su idea original. Dos años después, en 1987, adquirió Starbucks y lo demás, es historia.

El secreto de Starbucks es haber logrado crear una atmosfera similar a la de los antiguos cafés, pero con una escenografía diferente y un menú de opciones de bebidas a base de café impresionante. Ambientadas las tiendas con espacios cálidos y minimalistas, sofás, pequeñas mesas e iluminación precisa, motivan a los amantes del café a disfrutar la experiencia. Para esa década, la serie Seinfield (1989-1998) era todo un éxito y sus personajes dieron impulso al “café latte” mencionándolo en muchos de sus capítulos convirtiéndolo en un clásico que incluso se adjudica a Seattle, a pesar de ser de origen italiano. Otra serie de éxito en esa época, fue Friends (1994-2004) cuyos personajes se reunían en el café “Central Perk” que contaba con sofás, barra y pequeñas mesas. Ambas series sellaron la experiencia Starbucks en los amantes del café y bebidas hechas a base de éste que con tan buen sentido de marketing la marca supo consolidar. Starbucks es el comprador unitario de leche fresca más grande en los Estados Unidos ya que la mayoría de sus productos usan esta materia prima. Sin duda Shultz ha contribuido a la categoría revitalizándola, manteniendo la experiencia y expandiéndola con sus más de 30.000 tiendas en 65 países. Paradójicamente en Italia, fuente de su inspiración, no hay ninguna tienda Starbucks.

Los cafés han constituido un lugar preponderante en nuestra sociedad al ser cuna de filósofos, artistas, pensadores, políticos, poetas, noviazgos, negocios y amistades por lo que confiamos, que luego de haber sorteado la situación por la que actualmente atraviesa la humanidad, continúen siéndolo. Esto último requiere no sólo del compromiso de quienes manejan los locales sino también de nosotros, los amantes de esa experiencia única, mantenerla viva. ¿Nos tomamos otro cafecito?

La vida es como una taza de café. Todo está en cómo la preparas, pero sobre todo, en como la tomas

Antonio Delgado

Senior Consultant & Coach

08/15/2020

Fuente: Pour your heart. H. Shultz, The Starbucks Challenge, H. Shultz, Clarin.com Cafearomadiez.com Perfectdailygrind.com, Cashlogy, profesionalhoreca.com,  

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