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LEVEN ANCLAS

LEVEN ANCLAS

El mar ha tenido y sigue teniendo, un rol protagónico en la historia de la humanidad. Desde el origen de la vida que los científicos le atribuyen hasta ser parte de conflictos bélicos, desastres naturales, puente para la migración y colonización de territorios, fuente de alimentación, motivo para el relax y base de una industria de disfrute como es la de los cruceros.

¿Cuántas veces hemos pensado o realizado uno de esos viajes que son hábilmente promocionados como una visita al paraíso, en donde la promesa es que seremos tratados y servidos más allá de cómo “nos merecemos”, que disfrutaremos de playas y lugares exóticos, cocina gourmet, bebidas a la altura, espectáculos internacionales y alojamiento de primera? Esta es la promesa básica de una industria inmensa, de la que vale la pena conocer su interesante origen, presente y futuro. Allá vamos.

Hay referencias históricas que sitúan en las aguas del Nilo el que podríamos llamar  primer crucero de placer de la historia, siendo sus pasajeros Julio Cesar (100-44 a.c) y Cleopatra (68-30 a.c), también se menciona que el motivo del viaje fue su luna de miel que se prolongó por tres meses. Hay también relatos que refieren los “viajes de placer” que los romanos pudientes realizaban por el Mediterráneo visitando la isla de Capri y otras en la Bahía de Nápoles.

Pasaron muchos siglos para que estos viajes de placer fueran una práctica cultural de las elites de las distintas sociedades, en especial las europeas, incrementándose hacia el siglo XVII, sin embargo, es recién dos siglos después, alrededor de 1830 cuando la maquina a vapor se introduce en la navegación y genera un cambio profundo en la navegación de todo tipo. En 1840, Samuel Cunard (1787-1865) luego conocido como el “Príncipe de los Océanos” con su nave “Britannia”, mixta entre pasajeros y correo hace el primer viaje entre Liverpool y Boston con una vaca a bordo para proveer de leche fresca a sus pasajeros en la travesía de 14 días.

Si bien este es el comienzo de lo que se denominó “turismo”, término en honor a Marie-Henrie Beyle (1783-1842) más conocido como Stenhal, escritor y viajero quien publicase ‘Memorias de un Turista” en 1838; podemos decir que fue  Thomas Cook (1808-1892) quien al fundar la primera agencia de viajes y turismo le dio el impulso no solo al término, sino también a la industria turística. Charles Dickens (1812-1870) y William Makepeace (1811-1863), ambos escritores, promovieron a través de sus libros la idea de navegar por placer relatando aventuras a bordo de buques. Mark Twain (1835-1910) relató en su novela “Innocents Abroad” su experiencia en un crucero de seis meses.

Todo este movimiento generó una demanda la que impulsó a Albert Ballin (1857-1918) el organizar cruceros por el Mediterráneo, construyendo una nave expresamente para ello, el  “Prinzessin Victoria Luise” botada en 1900. El mismo Ballin en 1910 organizó el primer viaje alrededor del mundo llevando a 650 pasajeros a bordo. Entre 1891 y 1911 cerca de dos millones de personas viajaron en barco lo que contribuyó a que nacieran más navieras. En 1912 el Titanic tuvo su desgracia, impactando en las navieras, sin embargo, contribuyó con el establecimiento de nuevas reglas de construcción y seguridad de las naves.

Tras la primera guerra mundial (1914-1918) la migración marcó el rumbo por unos años en cuanto a la finalidad de las naves, mas transatlántico de transporte de pasajeros que naves dedicadas al “crucerismo” aunque hay que destacar que el Ocean Monarch fue, en esa época, el primer crucero entre New York y Bermudas si bien la ruta por el Caribe había sido navegada antes por el Veedam en 1926. La segunda guerra mundial (1939-1945) enfocó a las navieras a la construcción de buques de guerra. Una vez terminado el conflicto, el Caronia, conocido como “La Diosa Verde” por su color característico, ofrecía en 1947 cruceros de verano y viaje alrededor del mundo en camarotes con baño incluido; fue el primero en agregar este valor a los viajes. El crecimiento era lento, las naves no muy grandes y las tarifas eran altas para la media de la sociedad.

En la década de los 60’s, la industria aeronáutica, con los Boeing 707 y los Douglas DC8 hicieron posible cruzar el Atlántico en horas provocando la quiebra de muchas navieras y la adaptación de las remanentes. Se construyen barcos con más capacidad y se enfocan en destinos cálidos como el Caribe y Mediterráneo con tarifas accesibles a una clase media en crecimiento sostenido. A los salones de baile se les agregaron piscinas, actividades al aire libre y bares, con gran éxito. En los 70s, las navieras son impactadas nuevamente por la crisis petrolera que incrementa el precio del combustible, el Boeing 747, con mayor capacidad de pasajeros y la ruptura de la cartelización de las tarifas aéreas. Ante ésta asonada, la industria responde con buques de mayor capacidad, más eficientes, nuevos destinos y tarifas que permiten incrementar el número de pasajeros orientándose más al confort que al lujo; los cruceros seguían a flote.

La televisión masifica e impulsa el sector con la serie “Love Boat” (1977-1987) filmada en el Pacific Princess en el Caribe, el Stella Maris en el Mediterráneo, el Pearl Escandinavia en los mares de China y el Royal Viking Sky en cruceros por Europa. Pensada para un público familiar, de clase media, atrajo una clientela nueva, dispuesta a viajes cortos de fin de semana lo que posibilitó no sólo la recuperación de la industria sino también impactó en la actividad hotelera, portuaria y comercio de áreas vírgenes, especialmente en el Caribe, convirtiéndose Miami en la ciudad origen de estos cruceros. Entre los nuevos destinos, Alaska fue la innovación como destino y crucero temático que, orientado a la ecología, tuvo y sigue teniendo gran demanda.

El sector siguió en crecimiento y con mayor competencia entre las navieras. Carnival Cruise Line se convierte en la más grande del mundo, seguida por Royal Caribbean Cruises, Cunard Line, Norwegian Crusie Line, Disney Cruise Line, MSC Cruceros y otras más. Hay que destacar Viking Cruises, líder en cruceros por ríos con 76 naves y 6 oceánicas ha tenido un enorme crecimiento considerando que entró al mercado en 2015.

El volumen de pasajeros ha crecido de 10.3 millones en 1998 a 30 millones en 2019 con una flota de 404 naves y una facturación anual del sector de 150 mil millones de dólares. Todo marchaba viento en popa hasta comienzos de 2020.

El presente de la industria es dramático a raíz de la crisis sanitaria mundial. Las naves están todas en puerto, 100 mil tripulantes sin poder navegar y las empresas asumiendo altísimos costos de amarra y mantenimiento. Tan solo Carnival Cruises ha declarado un costo de 500 millones de dólares mensuales en efectivo. Las acciones de las empresas cayeron en picada hasta un 17% de su valor en enero y las empresas no reciben subsidios.

Para tener una idea de lo que estamos comentando, solo pensemos que el crucero más grande del mundo hoy es el Symphony of the Seas con capacidad para 6.780 pasajeros y 2.100 tripulantes, mas individuos que muchos pueblos o ciudades pequeñas en los Estados Unidos. Le sigue el Allure of the Seas con 6.296 pasajeros y 2.200 tripulantes y el tercero, es el Oasis of the Seas con 6.296 pasajeros y 2.165 tripulantes. La pregunta es, ¿habrá recuperación?

El futuro, contra todo pronóstico, luce más que bien. Las reservas para 2021 aumentaron en un 9% y las tarifas un 4% lo que indica que la actividad, luego de este drástico año se activará más allá de las predicciones. Las principales navieras están prontas a recibir alrededor de 67 nuevas naves estimándose que para 2025 habrá unas 500 surcando los mares.

Un nicho en franco crecimiento son los cruceros lujosos y exclusivos como los de solteros y solteras, en donde Viking Cruises es líder, los temáticos, relacionados al vino, con catas y conferencias relacionadas o actividades deportivas como golf, tenis y los gourmets, con reconocidos chefs a cargo de las comidas; el juego es uno de los temas de interés que está siendo explotado con éxito, así como los destinos súper exclusivos, al que solo los cruceros de lujo pueden llegar. Algunas navieras han comprado islas en el Caribe, Mediterráneo y Pacifico solo para ser visitadas por sus pasajeros.

Ritz Carlton pondrá a flote este año su primera nave siguiendo el ejemplo de Club Mediterranee que ya cuenta con la suya. Con seguridad muy pronto veremos otras marcas de hotelería navegando los mares.

El sector es tan atractivo, que las grandes fortunas como Francois Pinault (1962) del Grupo Artemis, Gianluigi Aponte (1940) de MCM Cruises, Lim Kok Thay (1951) líder del Genting Group, dedicado a los casinos y resorts y Richard Branson (1950) muy conocido por ser el fundador del imperio Virgin, están canalizando sus inversiones hacia el sector naviero.

Todo indica entonces que, seguiremos viviendo en estrecha relación con el mar, disfrutando de él a través de una industria resiliente que está dispuesta a capear temporales naturales o de otro origen, con el objetivo de seguir a flote.

«El mar dará a cada hombre una nueva esperanza, como el dormir le da sueños»

Cristobal Colon (1451-1506)

Antonio Delgado

Senior Consultant & Coach

08/31/2020

Fuente: Cruise Industry Trends,Tucrucero.com, Cruceroadicto.com, Cruceros.es, Priscila Correnti, Nudoss.com, Aprendedeturismo.org, Tendenciashoy.com, Juan pablo Chuet-Misse en Cerodosbe/Tendencias, Cruise to Nowhere, Melissa Mayntz, The Ocean-going strech limo, John Roughan

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