A CASI UN AÑO DEL BIG BANG

Sin duda alguna este confinamiento obligado o voluntario ha hecho que las horas se conviertan en días, los días en semanas, estas en meses y que los meses parezcan años. Ahora bien, nos sentimos atrapados en el tiempo sintiendo que el mismo no transcurre a la velocidad en que cotidianamente pasa y no pensamos que ese tiempo es infinitesimalmente pequeño comparado con el que al universo le tomo formarse ni tampoco nos damos cuenta que como humanidad nacimos un 31 de diciembre muy cerca de la medianoche. 

¿Cómo es esto, nacimos todos el mismo día? Pues sí, todos nosotros nacimos en la misma fecha y a la misma hora y veremos a continuación el por qué. Aquí vamos. 

Carl Edward Sagan (1934-1996) nacido en New York, fue un astrónomo, astrofísico, cosmólogo, astro-biólogo, escritor y divulgador científico defensor del pensamiento escéptico científico y del método científico. 

Carl describió la historia del cosmos desarrollando un modelo al que llamo “calendario cósmico” que traslada la evolución de la historia del universo a los doce meses del calendario que todos conocemos, teniendo en cuenta también días, horas y segundos. De esto surge una historia comprimida del universo que va desde el 1 de enero al 31 de diciembre y que según este calendario un mes equivale a 1.250 millones de años, un día a 40 millones de años y un segundo alrededor de 500 años (valores redondeados para el estudio). 

La historia del universo comienza con el Big Bang que partiendo de una estructura ínfima hace 14.000 millones de años le dio origen a lo que hoy conocemos o sea que esta estructura estallo en el primer segundo del 1 de enero. Por la extensión de esta nota no vamos a describir cada proceso sino solamente imaginemos una gran bola incandescente formada por gases y materiales que hoy conocemos. 

Pues bien, hacia el 1o de enero esa bola en expansión da lugar a las estrellas y galaxias, nuestro sol comienza a brillar en este calendario cósmico recién el 31 de agosto. planetas y sistema solar terminan de formarse alrededor del 9 de setiembre. 

Yendo ahora a nuestro planeta dentro del calendario, los primeros vestigios de vida surgen hacia el 25 de setiembre. Tendremos que esperar hasta el 12 de noviembre para que aparezcan las plantas y la tierra tenga una atmosfera con gran cantidad de oxígeno. 

Hagamos ahora una secuencia de fechas siguiendo el calendario cósmico; 17 de diciembre aparecen los primeros organismos animales invertebrados en la profundidad de los mares; 21 de diciembre, solo cuatro días después, la vida marina emerge en el planeta. Tengamos en cuenta que esos cuatro días son 160 millones de años. El 24 de diciembre, o sea tres días o 120 millones de años después, los dinosaurios dominan la tierra. 

Nuestro día llega el 31 de diciembre cuando el hombre aparece en el planeta a las 22:30. Un poco más de una hora después, a las 23:46 el ser humano domina el fuego y a las 23:59:35 comenzamos a agruparnos en las primeras ciudades. 

Si llevamos bien la cuenta aún nos quedan 25 segundos o su equivalente 12.500 años para completar el calendario. 

Ahora vemos todo lo que se ha hecho en casi un año cósmico desde la creación hasta nuestros días y aún tenemos tiempo de hacer, mucho antes que termine. Entonces, tengamos una actitud positiva y pensemos que un año calendario humano son 2 millonésimas de segundo o sea que prácticamente tardamos más tiempo que eso en decirlo, leerlo o calcularlo. 

Como nota de color, Carl contaba con un coeficiente intelectual (IQ) de 170, fue un escritor prolífico, produjo series y documentales para televisión y guiones de cine, pero quizás lo más importante fue haber desarrollado el calendario cósmico que nos permite reflexionar acerca de lo pequeño que somos y lo grande que nos creemos. 

La paciencia es una virtud y el optimismo una actitud que si los unimos nos permitirá ser mucho mejores, actuar con más sabiduría y sobre todo, aprender a hacer un uso más provechoso de nuestro tiempo. 

Antonio Delgado
Senior Consultant & Coach

Fuentes: Cosmos, C Sagan, www.biblio.com, Equilibrio, D. Lopez Rosetti